El pasado miércoles se hizo entrega de los Premios de Caja de Ingenieros 2020-21 a nuestros egresados Tamara Torrecillas Martínez (Ingeniería Multimedia) y Jorge Abellán Ramos (Arquitectura Técnica), en el despacho de Dirección de la Escuela Politécnica Superior.

Las historias que hay detrás del éxito de Tamara y de Jorge en sus estudios son inspiradoras. Su situación no era fácil y se crecieron, cambiaron de rumbo y fueron capaces de adaptarse. Nos contaron su gran historia de superación y les pedimos compartirla.

Después de unos días de introspección, tarea que no es fácil, los dos han querido escribir unas palabras y compartir su historia. Quizás ayude a otras personas cuando encuentren dificultades en su paso por la universidad. Quizás también nos ayude a valorar y agradecer nuestras circunstancias y nuestros apoyos cuando nos va bien.

Javier Álvarez Penalva hizo entrega del premio por parte de Fundación Caja de Ingenieros en el acto en que estuvieron también presentes Virgilio Gilart, director de la EPS, Sonia Vázquez y María Dolores Andújar, coordinadoras académicas de los grados de Ingeniería Multimedia y Arquitectura Técnica, respectivamente, y Encarnación Gimeno, coordinadora académica de Comunicación e Igualdad de la EPS.

 

Cuando me preguntan cuál es el secreto para haber logrado buenas notas me parece una pregunta compleja de contestar. Creo que en mi caso el secreto reside en la educación que he recibido desde pequeña. Provengo de una familia humilde que siempre ha trabajado para que no me faltara de nada y pudiera tener unos buenos estudios. Mi familia siempre ha sido mi modelo a seguir y son ellos quienes me han enseñado el valor del esfuerzo y la responsabilidad.

El camino hasta el día de hoy no siempre ha sido fácil. Durante la adolescencia, al igual que muchas personas desgraciadamente, sufrí bullying, y al igual que muchas de ellas, tampoco lo conté en casa. Crecí oyendo por parte de otros estudiantes que sacar buenas notas no servía para nada y que el esfuerzo que estaba realizando sería en vano.

Cuando entré en la Universidad de Alicante empecé el doble grado de DADE, pero al año y medio, a pesar de estar sacando buenas notas, decidí que esa no era mi vocación. Recibí comentarios de que estaba cometiendo un error y que no me sería fácil aprobar en una ingeniería viniendo de mixtas. Mi único problema fue que al cambiarme de carrera perdí el derecho a la beca MEC durante los primeros años, por lo que decidí salirme de DADE antes de terminar el segundo año y ponerme a trabajar para pagarme mis estudios.

Al entrar en Ingeniería Multimedia asignaturas como Física supusieron un esfuerzo mayor, ya que no tenía el mismo nivel que mis compañeros que lo habían estudiado en Bachillerato. En el segundo cuatrimestre me enamoré de la programación de la mano de Alicia Garrido, que sentó las bases de todos los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de estos años. Tuve mucha suerte con mis compañeros y encontré al mejor equipo de trabajo posible, unas personas que se esforzaban en realizar unas prácticas de las que sentirnos orgullosos y a las que debo parte de mis méritos.

De la Universidad de Alicante me llevo experiencias y personas increíbles. Al final lo más importante rodearse de gente que te apoya y te anima a lograr todo lo que te propongas, ese para mí es mi gran éxito.